La teoría de la evolución es una explicación científica, basada en datos obtenidos por observación, que lleva a concluir que la aparición y diversificación de las especies es un proceso natural.
PRUEBAS TAXONÓMICAS
Linneo estableció un sistema de clasificación binomial. El primer nombre, el genérico, es compartido por otras especies muy similares, mientras que el segundo, el específico, diferencia a la especie de otras del mismo género.
PRUEBAS ANATÓMICAS
Cuvier, crítico de Lamarck y partidario a ultranza del creacionismo, es el fundador de una de las pruebas clásicas de la evolucion, la anatomía comparada. Los conceptos básicos en anatomía comparada son la homología y la analogía. Dos órganos son homólogos si su origen embriológico es común, aunque su funcion sea distinta, mientras que serán análogos si, desempeñando la misma funcion, su origen embriológico es distinto.
PRUEBAS EMBRIOLÓGICAS:
En los comienzos del darvinismo, Haeckel destacó como defensor y propagador de las ideas de Darwin y por sus estudios en embriología, con los que aporto pruebas a la teoría de la evolucion.
Para Haeckel, la ontogenia de un organismo, es decir, las distintas formas por las que pasa en su desarrollo desde la fase de huevo hasta adulto, es una recapitulacion de su filogenia, es decir, de las distintas formas por las que han pasado sus antecesores en la evolucion. Realmente, la ley bio.
PRUEBAS PALEONTOLÓGICAS
El estudio de los restos fósiles no só1o ofrece argumentos a favor del cambio y modificación sufrida por antecesores de las especies actuales, sino que indica también que el proceso ha sido muy lento.
PRUEBAS BIOQUÍMICAS
Cuando se comparan los procesos metabólicos y bioquímicos de organismos diferentes, sorprende la universalidad de las soluciones adoptadas. Por ejemplo, todos los organismos eucariotas poseen proteínas implicadas en la respiración celular. De una de estas proteínas, el citocromo c, que se encuentra en las mitocondrias, se ha estudiado la secuencia de aminoácidos en diversos grupos.
PRUEBAS GENÉTICAS
Las investigaciones en genética han aportado también multitud de pruebas. Al comparar los cromosomas de la especie humana con los de los grandes primates, chimpancé, gorila y orangután, se observa una gran homología en cuanto a tamaño, posición del centrómero y bandas teñidas con giemsa. La única diferencia notable es que la especie humana tiene 23 parejas y los primates 24. No obstante, cada uno de los dos brazos del cromosoma 2 de la especie humana, metacéntrico, se puede considerar homólogos a dos cromosomas acrocéntricos de estos primates. Probablemente, en la línea evolutiva que condujo a la especie humana, los dos cromosomas acrocéntricos se fusionaron para dar lugar a dicho cromosoma 2.
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